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Reseña de “Los Fascismos Europeos” de Elena Hernández

Foto del escritor: Luis MontielLuis Montiel


Lo prometido es deuda, les comenté en mi anterior reseña, queridos lectores, que estaba por iniciar el libro Los fascismos europeos de Elena Hernández, y que lo más seguro es que mi siguiente reseña sería sobre dicha obra, y tal como se pronosticó, sucedió, acabo de terminar dicha obra hace unos minutos y ahora estoy por verter en esta hoja, por medio de mis letras, mi reseña.

En esta ocasión no me extenderé demasiado en la forma en la que esta obra llegó a mis manos, ya que en la anterior reseña expliqué que la compre en la Feria Nacional del Libro de la BUAP junto con La emancipación de la mujer de Vladimir Lenin, obra que reseñe la anterior semana y que pueden consultar en nuestro portal web. A su vez, no me extenderé más en esta historia con el fin de ser más conciso, la anterior reseña más que una reseña parecía un ensayo por su extensión.

Lo que si me parece importante destacar es la pertinencia de leer esta obra, estas y otras obras que hablen sobre esas ideologías y movimientos tan lamentables que le causaron tanto dolor a la humanidad, me refiero a los fascismos. ¿Por qué es pertinente? Bueno, es pertinente porque todos esos neofascistas que comulgan con las ideas de Mussolini, de Hitler, de Franco y todos esos dictadores de extrema derecha estan empezando a salir de sus escondites, de las alcantarillas y basureros donde estaban escondidos (Tal vez no ellos literalmente, pero si sus sentimientos fascistas que ocultaban al mundo).

Esa extrema derecha estuvo escondida por mucho tiempo en las sombras, comulgando con su propio odio, viendo con desprecio a los movimientos sociales como las feministas, la comunidad LGBT+, las comunidades indígenas y a los sectores de izquierda (solo por mencionar algunos). Sin embargo, ahora, con el ascenso de la izquierda a los gobiernos de Latinoamérica y con la presencia de la marea roja que, socialmente, le esta ganando terreno a la derecha en toda Latinoamérica; pues esa extrema derecha que estaba escondida a empezado a mostrarse, empiezan a tener menos miedo de lanzar sus proclamas racistas, clasistas, xenófobas; y en vez de avergonzarse de ellas, se enorgullecen. En otras palabras, han perdido la vergüenza.

Sienten un odio, un odio profundo por los avances tan satisfactorios y democráticos que ha conseguido la izquierda, y pretenden derrumbarlos de cualquier forma, es por ello que se han dejado de esconder y se han empezado a organizar, y si bien en otros países de Latinoamérica ya estaban empezando a tener presencia, o inclusive en España con la presencia de los franquistas en Vox, pues en México apenas han empezando a tomar forma, y su paso inaugural fue la Conferencia Política de Acción Conservadora, conocida por sus siglas: CPAC, la cual se reunió hace poco aquí, en México, donde realizaron el destape de Eduardo Verastegui como posible candidato presidencial.

Es obvio que estos “conservadores” (a los que prefiero llamar neofascistas), no se presentaran a las elecciones de 2024, es muy temprano para ellos, sin embargo, se estan empezando a organizar, y tienen miras de presentarse a la contienda de 2030 ya con un partido constituido que proponga a Verastegui como su candidato. Y eso es algo que nos debe llamar la atención. Su conferencia estuvo plagada de consignas clasistas, fascistas, xenófobas y homófobas, y parece que es algo que simplemente se esta dejando pasar con naturalidad: “es parte de la democracia” dicen algunos. Yo me niego rotundamente a decir que eso forma parte de la democracia, eso es un discurso de odio, y no debe tener cabida en la democracia.

Es por ello que la ciudadanía debe informarse, se que la mayoría de la izquierda estamos felices, estamos festejando, pues se cumplen 4 años de la constitución de un gobierno que en verdad esta viendo por el bien del pueblo y de los que menos tienen, sin embargo no debemos dormirnos en nuestros laureles, al paso que vamos el enfrentamiento contra los neofascistas llegara tarde o temprano, y si no vamos a impedirles el ingreso a la democracia, debemos plantarles cara una vez que estén ahí e impedir que tomen el poder. Y es justamente por eso la necesidad de estar informado, pues como los doctores hay que conocer la enfermedad para poder erradicarla.

Es en este contexto que mi lectura de Los fascismos europeos de Elena Hernández se vuelve en demasía significativa, o por lo menos para mí, y no sin antes invitarles a que lean el libro completo, les mostraré aquí algo de lo más destacable de esta obra. La verdad es difícil, ya que la obra completa es una joya y, reitero, vale más que la lean por ustedes mismos, pero por lo mientras haré un esfuerzo sobrehumano por hablar un poco de esta sin extenderme demasiado.

La obra es un detallado trabajo historiográfico, pues al formar parte de la sección “La historia en sus textos”, usa la dinámica de presentar el tema principal mediante los propios textos de los protagonistas o de los especialistas en el tema. Permítanme explicarme mejor, para esta obra, la Dra. Elena Hernández realizó una detallada lectura de diversos textos, tanto de corte fascista escritos por allegados a dichos ideales como Hitler, Mussolini, Goebbels, entre otros, además de textos de especialistas que analizan el fenómeno fascista sin ser allegados a este, como la destacada filosofa Hannah Arendt. Entonces la obra en si es una presentación de los ideales fascistas explicadas por los mismos fascistas y analizadas críticamente por especialistas en el tema, es esto lo que vuelve a la obra una tan rica.

La clasificación de textos se divide en cuatro partes, las cuales son “Clases sociales; sociedad de masas y fascismo”, la segunda es “El partido, el estado y la economía”, la tercera se titula “El discurso fascista” y la cuarta “Racismo y expansionismo: Los “limites” del sistema”, cada una de estas cuatro partes se subdivide en otras tantas partes más específicas, sin embargo, en miras a ser conciso no veo la necesidad de traer a colisión dicha subdivisión. Dicho esto, a continuación, reflexionaré y citaré unas cuantas ideas que creo necesarias destacar de cada uno de los apartados anteriormente nombrados.


Clases sociales; sociedad de masas y fascismo

Lo primero a destacar en este apartado es la irracionalidad que acompaña de forma inherente al fascismo Saul Friedländer escribía en su Una psicosis colectiva: el antisemitismo nazi lo siguiente:


todo el optimismo del pensamiento liberal y también del marxismo ortodoxo son remplazados por el descubrimiento de lo irracional, la crítica de todas las certidumbres de las ciencias humanas y de las ciencias de la naturaleza, el culto de la intuición, la exaltación del mito, la resurrección de un sujetísimo neorromántico y, sobre todo, la visión pesimista del mundo y de la historia. […] El hombre de finales del siglo abandona la perspectiva histórica por la esfera mítica. (Friedländer en Hernández, 1992, p. 55)

Otra idea importante a destacar es la que presenta Gregor Strasser, el presidente del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán de 1923 a 1925, en un discurso de 1927, en donde intenta explicar la ideología del partido Nacionalsocialista y el como este retoma las ideas del nacionalismo y del socialismo. Creo necesario destacar lo que Strasser refiere en dicho discurso para reflexionar sobre la absurda idea que la derecha a impulsado donde aseveran que los nazis eran de izquierda por el hecho de ser, según ellos, “socialistas”, así queriendo exculparse de los destrozos causados por el nacionalsocialismo y quererle echar la culpa de estos a la izquierda. Veamos primero lo que dice Strasser: “El movimiento obrero alemán, en plena expansión, no era más que el grito de millones de compatriotas reclamando integrarse a la nación en un plano de igualdad” (Strasser en Hernández, 1992, p. 59)

Hasta ahí todo parece ir bien, Strasser explica que el movimiento es socialista porque ha comprendido que sus compatriotas obreros lo único que quieren es igualdad, sin embargo, de forma tramposa empieza a introducir el concepto de la nación. “integrarse a la nación en un plano de igualdad”, dice. Sin embargo, el verdadero problema empieza en el siguiente párrafo, donde asevera:


Fue así como estos millones de personas fueron abandonadas al judío Marx, que creó el marxismo desde fuera del movimiento obrero alemán, y que no busca otra cosa más que destruir a la nación alemana, apoyándose sobre la fuerza de estos millones de hombres, para hacer de ella una colonia del capitalismo internacional (Strasser en Hernández, 1992, p. 59)

Es aquí donde uno ya puede notar la problemática, Strasser dice entender al obrero alemán que reclama igualdad, por una parte, y al mismo tiempo afirma que esta empatía con el obrero es lo que vuelve al movimiento socialista, sin embargo, justo despues de estas afirmaciones, Strasser vierte una sarta de confusas mentiras sobre Marx y el socialismo Marxista que demuestra lo que en realidad es ese socialismo de los nazis, un “socialismo” sin marxismo que pretendía ser absorbido por el nacionalismo, verdadera corriente dominante del pensamiento nazi. Y para realizar esto demerita las ideas de Marx tachándolo primero de judío (Usando la palabra de forma peyorativa, como la usaban los nazis), despues de decir que creó el marxismo desde afuera del movimiento obrero, o sea, queriéndole restar autoridad por no pertenecer de lleno a la clase que defendía y por último, y los más torpe, Strasser afirma que las intenciones de Marx eran destruir a la nación alemana y transformarla en una colonia capitalista.

Son tres mentiras recurrentes utilizadas por los movimientos fascistas y repetidas por las derechas contemporáneas, primero, el acusar a Marx de judío es una tontería, es verdad que creció en una familia judía, pero sus biógrafos afirman que Marx nunca se sintió uno con esta religión y que, en realidad, por sus escritos, se puede adivinar su pensamiento más como el de un ateo que como el de un judío. Inclusive Marx fue el más radical crítico de las religiones, de todas, no de una en especifico y las pocas veces que defendió al judaísmo no fue por la línea ideológica que esta religión representaba, sino por que Marx siempre apoyó la libertad de culto a pesar de criticar a sobre manera a la religión.

En segundo lugar, es verdad que Marx no pertenecía a la clase trabajadora de los obreros, la derecha tiende a atacar al pensador y tacharlo como un mantenido que sobrevivía bajo el amparo de Friedrich Engels. Si bien esto es verdad a grandes rasgos, se trata de un hecho que no le quita el más mínimo reconocimiento al pensador, que a pesar de ver el movimiento desde afuera comprendía la problemática que aquejaba a Alemania y al mundo, la bárbara explotación de la clase trabajadora por el burgués, en realidad son sus escritos y su profunda intelectualidad la que termina convenciendo a Engels de “mantenerlo”, esto para que Karl pudiera seguir escribiendo.

Y en tercer lugar, Marx nunca pretendió destruir la nación alemana, sin embargo por la naturaleza de su discurso internacionalista es que los fascistas de aquel entonces, usando como herramienta de ataque el nacionalismo, decían que Marx al querer introducir a la nación dentro del internacionalismo natural del proletariado, en realidad quería destruir la nación. No obstante, el colmo del absurdo es cuando Strasser afirma que su visión final era convertir a Alemania en una colonia capitalista, esta afirmación es un absurdo que no tiene ni pies ni cabeza.

Es por estas palabras rescatadas del discurso de Gregor Strasser que se puede ver la apropiación de la palabra socialismo únicamente por la natural movilización obrera en Alemania y la intención de los nazis de atraer dichas voluntades, cuando en realidad los nazis eran poco o nada socialistas y únicamente utilizaban esto como propaganda política, cuando, para ellos, todo lo que apestara a marxismo era repudiable. Su verdadero objetivo era seducir al obrero con el socialismo y una vez que cayera atraparlo en el nacionalismo, hacerle ver que formaba parte de una nación y que su existencia como obrero era poco importante en comparación a su existencia como alemán.

Más adelante se recupera un texto de Adam Fergusson, extraído de su obra Cuando muere el dinero, en el cual deja entrever como la crisis económica que se vivió en Alemania impulso los bajos instintos de toda una población desesperada, pero el lo explica mejor:


Para casi todos, el grado de necesidad se convirtió en el único criterio de valoración y en el principio que presidia todo su comportamiento. Los valores humanos se transformaron en valores animales, y en contra de cualquier supuesto filosófico, la experiencia no fue nada saludable. (Fergusson en Hernández, 1992, p. 67)

Esta cita nos recuerda dos puntos importantes, el primero que las personas son hijos de su tiempo. La radicalización del pueblo y su amplia votación y despues aceptación del régimen nacionalsocialista que despues se transformó en veneración y pleitesía al régimen y a la figura de Hitler no nace de la noche a la mañana, sino que se genera por las circunstancias que rodean y aplastan, en algunos casos, a Alemania y a su pueblo, estas razones se pueden traducir en la primera guerra mundial, el tratado de Versalles y la crisis económica, por solo mencionar algunos puntos.

Más adelante se recupera un texto de la intervención de Gueorgui Dimitrov en el IV Congreso de la Internacional Sindical, el cual muestra el fascismo desde la perspectiva de la izquierda, más específicamente desde la perspectiva Marxista-Leninista. Dimitrov declara en su intervención que “Es, pues, el fascismo la ultima fase de la dominación de clase de la burguesía” (Dimitrov en Hernández, 1992, p. 75). Mejor explicado es imposible. El fascismo es la ultima carta del modelo capitalista que en su desesperación por su desgaste utiliza a los fascistas aun con la violencia que estos puede imponer.

En otro momento se cita un texto de Victor Meric, comunista, quien escribe


Contra esto ¿qué podemos nosotros? ¿De qué fuerzas disponemos? ¿Qué resistencia vamos a oponerle? Divididos, separados lanzados unos contra otros, peleando estúpidamente sobre tesis, decisiones o puntos de doctrina; agrupados en capillas opuestas, hermanos enemigos, nuestra impotencia se revela de día en día, en la total indiferencia de la clase obrera rechazada, desanimada, excedida por nuestras querellas pueriles. […] Mañana no nos quedara otra cosa sino llorar nuestra derrota. ¿Vamos a tratar de defendernos (Meric en Hernández, 1992, p. 85)

Esta cita en es realmente poderosa y se inserta en la realidad inmediata de México. Lamentablemente la izquierda esta fracturándose. El liderazgo de Andrés Manuel López Obrador logró aglutinar a todos, o la mayoría, de los sectores de la izquierda (Y algunos innombrables de la derecha, lamentablemente), sin embargo, camino a 2024 no hay nadie que pueda duplicar el liderazgo del hoy presidente. Con esto no quiero decir que se va a perder el poder, no, estoy seguro que la presidencia será de la izquierda en 2024. Pero recordemos que el gran enfrentamiento con la extrema derecha es camino a 2030. El camino es largo, y hoy en día con la variedad de posibles candidatos presidenciales para 2024 se puede aproximar la división sectaria dentro del movimiento, por ello solo recomendaría una cosa: Unidad.


El partido, el estado y la economía

En la pagina 102 de la obra se citan los 25 puntos del programa Nacional-Socialista, los cuales no citaré aquí ya que son extensos, sin embargo, algo peculiar que noté al momento de leerlos es que varias de las demandas y exigencias que los nazis pedían en dicho programa son las mismas demandas y exigencias que hoy en día piden los conservadores recién reunidos en la CPAC en México. En realidad, uno de los lemas que esta organización a recuperado es el de “Dios, patria y familia”, uno de los lemas fascistas de la Italia de Benito Mussolini. Por eso me impresiona que, a pesar de todas estas señales, sigan diciendo que no son fascistas, cuando es más que obvio que lo son.

En esta segunda parte también se haya un escrito rescatado del Völkischer Beobachter (Periódico oficial del partido Nacional-Socialista) el cual obviamente muestra propaganda nazi, pero esta propaganda puede ayudar a comprender el discurso que el régimen nazi utilizaba, específicamente el discurso para seducir a “las clases medias”.


Las clases medias y el campesinado eran uno de los pilares más solidos del Estado. Pero con el ascenso del marxismo y del capitalismo financiero, esas clases quedaron cada vez más atrapadas. […] La aniquilación de las clases medias es la necesidad consiente del marxismo. (Völkischer Beobachter en Hernandez, 1992, p. 114)

Esta propaganda nos permite ver el intento de seducción de las “clases medias” por parte del régimen nacional socialista. Es interesante porque justamente es durante el Régimen del Tercer Reich, y también en el fascismo italiano que las clases medias tendrán un protagonismo histórico, aunque en realidad esas clases medias se trate, si lo analizamos de forma detenida, de desclasados aspiracioncitas que fueron convencidos por el discurso Hitleriano y que cargaron al régimen, y al Führer, en sus hombros. Por cierto, que también podemos ver ese intento de seducción al campesinado.

Otro texto citado es el de los 26 puntos de falangismo. Algo que no me terminó de gustar del libro es que la autora aborda únicamente el fascismo italiano y el alemán, diciendo que son los ejemplos más claros que se clasifican de lleno en el fascismo, mientras que la dictadura de Franco clasificaría como una dictadura con pinceladas de fascismo. Para mí el régimen franquista fue totalmente fascista, pero bueno la autora no lo clasifica así, por lo que el único documento sobre el franquismo o la Falange española es este. Algo a destacar de este programa es que habla de la unidad de España, tema que toca el Lic. José Iván Camacho en el más reciente capítulo del podcast El Presente es Historia el cual pueden ustedes consultar en nuestro canal de Youtube El Debate Histórico. Les recomiendo los escuchen para entender más de este tema.

Más adelante se cita la obra titulada Introducción a la ideología nacional-socialista de Gilbert Badía, y en este texto rescatado se lee la entrevista que le realizarón a Gustav Krupp, reconocido empresario de Alemania que vivió durante el régimen del Tercer Reich. La declaración que hizo el Sr. Krupp en la entrevista fue la siguiente: “Queríamos un sistema que funcionara bien, y que nos diese la ocasión de trabajar tranquilamente […] cuando se compra un buen caballo, no se le miran los pequeños defectos” (Badía en Hernández, 1992, p. 123)

Esta declaración dada por este empresario burgués nos permite constatar una vez más que el fascismo es la carta de uso desesperada para el sistema capitalista y sus principales beneficiarios, como este empresario, quien apoyo a Hitler porque pensó que su dirección le permitiría seguir manteniendo sus beneficios. Lo más atroz es ver como menciona “al buen caballo, no se le miran los pequeños defectos”, haciendo referencia a Hitler, quien era un “buen caballo”, pero tenía pequeñísimos defectos como su racismo, clasismo, xenofobia y homofobia que llevaría a la práctica arrebatándole la vida a numerosas personas.

No debe ser para nadie una sorpresa que haya una obra de la que se hayan recuperado varios textos, hablo claro de Mi Lucha de Adolf Hitler, y en la pagina 134 de la obra de la Dra. Hernández se rescata una parte de Mi Lucha que demuestra el profundo racismo del movimiento Nacional-Socialista y su objetivo de mantener la raza aria pura:


El estado nación debe conceder a la raza el principal papel en la vida general de la nación, y debe velar porque ella se conserve pura. […] Debe procurar que sólo engendren hijos los individuos sanos, porque el hecho de que personas enfermas o incapaces pongan hijos en el mundo es una desgracia, en tanto que el abstenerse de hacerlo es un acto altamente honroso. Por el contrario, la acción de privar al país de niños sanos ha de considerarse censurable. (Hitler en Hernández, 1992, p. 134)

El discurso fascista

Me estoy percatando de que me extendido demasiado, en verdad lo lamento, esta reseña terminará siendo más larga que la anterior, por eso en estas últimas dos partes únicamente realizaré 4 citas, 2 para cada una, y por último daré mis reflexiones para terminar con la reseña. En esta tercera parte me gustaría destacar dos citas sobre los estudiantes, sobre aquellos jóvenes que llegaron a formar parte del régimen. El primer texto que me interesaría destacar es uno de Gerhard Krüger, Filósofo alemán que explicaba el objetivo del Tercer Reich respecto a los estudiantes: “Nuestra finalidad es unir el cuerpo estudiantil en filas unificadas y apretadas […] El estudiante de las SA, el estudiante político nunca puede convertirse y nunca se convertirá en apolítico” (Krüger en Hernandez, 1992, p. 201)

Es interesante, ya que el texto citado muestra como el régimen nazi no dejaba ningún cabo suelto y sabía de la imperante necesidad de adherir a los jóvenes estudiantes al movimiento. Se requerían estudiantes “despiertos”, entiéndase despiertos como ciegos seguidores del régimen del Tercer Reich, los cuales se mantuvieran bien informados sobre el régimen que se quería imponer y que exacerbara en ellos un sentimiento de nacionalismo que los hiciera pensar en su persona únicamente como el engranaje de algo más grande: la nación alemana.

Despues podemos encontrar en la página 209-210 un texto rescatado de la obra La cultura de Weimar, escrita por Peter Gay, en el cual se habla de que, aun antes de que Hitler llegara al poder en Alemania, las juventudes ya se habían derechizado de una forma radical, Peter Gay lo expresa así:


En el mismo año, el general Groener declaraba que la radicalización de los estudiantes – hacia la derecha – era un peligro para el país, al tiempo que los estudiantes de la Universidad de Jena saludaban las entradas de un nuevo profesor, el rabioso antisemita Hans F.K. Gunther que había ingresado en aquella para el dictador de una nueva cátedra de Rassenkunde (ciencia racial) (Gay en Hernández, 1992, p. 210)

Como se ejemplifica, el hecho de que los estudiantes recibieran con fuertes aplausos a Hans F.K. Gunther para impartir una catedra universitaria racista quería decir, obviamente, que el estudiantado estaba girando a la extrema derecha. Tras mostrar ese ejemplo Peter Gay concluye:


El giro a la derecha de la juventud alemana era parte y signo de un profundo malestar. Existía por entonces un genero de novelas cuyo tema era el suicidio de jóvenes estudiantes, y su popularidad reflejaba el extendido interés que existía por el grave fenómeno. (Gay en Hernández, 1992, p. 210)

Racismo y expansionismo: Los “limites” del sistema

En la página 239 del libro se rescata un texto escrito por Benito Mussolini, titulado La dottrina del fascismo, en el cual relata lo que es el principal potenciador del fascismo y que es necesario que exista para el máximo impulso de esta doctrina: La guerra. Sí, suena impresionante, pero dejemos que el propio Duce lo explique:


El fascismo […] no cree en la posibilidad ni en la utilidad de la paz perpetua. […] Únicamente la guerra lleva a su punto máximo de tensión todas las energías humanas e imprime un sello de nobleza a los pueblos que poseen la valentía de enfrentarse a ella. […] Es por ello que una doctrina que parta del postulado previo de la paz es ajena al fascismo. (Mussolini en Hernández, 1992, p. 239)

La confesión es fascinante y tenebrosa. Por un lado, es algo que todos sabemos, la principal retribución económica que recibe el capitalismo es producto de la guerra, y con el fascismo no es la excepción, lo fascinante es que es en el colmo del cinismo el Duce de Italia lo dijera de una forma tan tranquila y a los cuatro vientos. Inclusive pareciera que Mussolini no conoce lo que es la guerra y el mar de tragedias que viene con ella, pero bueno, que iba a saber alguien que únicamente enviaba a sus soldados a morir sin verse jamás en peligro, y eso va también para Hitler, pues ambos solo se sintieron verdaderamente amenazados al final de la guerra, aunque bueno, Mussolini si la pagó caro.

Me gustaría cerrar este apartado de citas con una de un texto de Aldo Capasso, escritor y poeta italiano de corte fascista, quien en dicho texto deja muy en claro, de una forma inclusive que da miedo, el racismo tan férreo del fascismo, su texto expresa lo siguiente:


La existencia evidente e innegable de las Razas, sanciona el principio de la desigualdad humana. Sería absurdo pensar que, en la vida social, un australiano capaz de contar solo hasta diez y un europeo como Volta o Marconi […] deben estar sujetos a los mismos deberes. Sería inhumano imponer a los seres inferiores deberes que nunca podrían cumplir, exponerlos a leyes que nunca podrían entender, más bien que decirles que es lo que deben hacer, habría que limitarse a decirles que es lo que no deben hacer, dejándoles esperar un castigo proporcionado en caso de desobediencia. (Capasso en Hernández, 1992, p. 272)

No se que se puede agregar a esto, el texto es terrible a sobremanera, se trata de una combinación de xenofobia, chovinismo, profundo racismo y paternalismo, todo esto en modo radical. Los nazis y los fascistas italianos se pintan de cuerpo entero con este tipo de declaraciones las cuales son simplemente grotescas.


Conclusión

Quiero, primero que nada, pedir una disculpa a mis lectores, quise ser conciso y resumir lo más posible mis impresiones de esta obra, pero me fue imposible, no volveré a prometer que las reseñas serán cortas, porque ya vi que no puedo conseguirlo, pero en verdad, espero entiendan, el libro es una joya de principio a fin, en realidad esta reseña, a pesar de ser larga, palidece en comparación de lo que a mi me hubiera gusta escribir sobre la obra, pero hice mi mayor esfuerzo.

Para concluir me gustaría primero reconocer la labor de la Dra. Elena Hernández Sandoica, quien realizo un fascinante y laborioso trabajo en lo que se refiere a la escogencia de los textos protagónicos de esta obra y también en sus breves pero puntuales explicaciones al inicio de cada parte del libro. Dichas introducciones realizadas por la Dra. no fueron rescatadas por mi para esta reseña, no porque no sean importantes, sino porque quise destacara más los textos recuperados y para permitirles leer, por ustedes mismos, lo que la doctora reflexiona sobre los fascismos y su constitución.

Por otra parte, me gustaría hablar sobre esa enfermedad llamada fascismo que, a pesar de los años que han pasado desde la constitución de sus más fuertes representaciones, continua vivo. La propia Italia que en algún momento fue gobernada por Mussolini hoy en día es gobernada por Giorgia Meloni, quien representa a la extrema derecha y que gesticula de la misma forma que Mussolini en sus discursos y se comporta igual de violenta en su lenguaje verbal y corporal. Para mi esto es algo lamentable, una indigna representación de Italia.

Pero como decía, el fascismo continua vivo a pesar de tantos años y a pesar de ir en contra de los derechos humanos, inclusive los neofascistas se estan empezando a organizar en México, algo que ya destaqué varias veces alrededor del texto y que lo destaco una vez más, pues es importante y merece nuestra especial atención. Sin embargo, como decía, me sorprende que hoy en día haya personas radicales que vayan en contra de lo que son los derechos humanos a los cuales todos tenemos acceso. Parece que algunas cosas no tienen remedio.

Finalmente, me gustaría invitar a todos a la especial lectura de esta obra, es enriquecedora en el contexto en el que vivimos, pues no solo nos permite conocer la historia universal de una de las épocas más oscuras de la humanidad, sino que también nos permite conocer a ese extraño enemigo que poco a poco se organiza para atacar. Es necesario saber que es lo que tenemos enfrente y este libro permite a los fascistas constituirse de cuerpo entero con sus propias palabras. Sin más que decir me despido de todos ustedes, agradeciéndoles nuevamente el haberse quedado hasta el final y esperándolos el siguiente lunes para una nueva reseña.


Bibliografía

Hernández, E. (1992). Los fascismos europeos. Madrid: Istmo.


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