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Las platicas con mis amigos han logrado ser más frecuentes producto de la pandemia, las madrugadas de insomnio y soledad se han transformado en madrugadas de algarabía entre mis grandes amistades con las que, gracias a la tecnología moderna del siglo XXI, hago videollamadas para conversar de temas varios.
Sin embargo, hace no mucho tuvimos una conversación, muy amena y de un tema casi irrelevante, en la que entonces llegó el momento de que yo otorgara mi opinión, la cual fue esta: “Es que eso es culpa del capitalismo” después emití una leve risa, no una carcajada, no, una risa que quería decir “Bueno, acabo de decir lo obvio, pero es lo que opino”. Seguido a esto uno de mis amigos respondió a la opinión que emití, primero, me dio la razón “Claro, es culpa del capitalismo” No obstante, de entre las catacumbas sonó el mítico “Pero…” En ese momento sabía que mi buen amigo no estaba totalmente de acuerdo con mi opinión “Pero, como decía un profesor que tuve… No te vas a poner a los golpes con un gigante”
Tras esto, la conversación continuó, yo seguía respaldando mi opinión, y mi buen amigo me respondía dándome la razón, pero también haciendo uso de la frase que alguna vez uno de sus docentes empleó en una cátedra que le otorgó, y eso me puso a pensar, a tal punto que me llevo a la decisión de escribir esta breve columna de opinión en El Debate Histórico.
“No te vas a poner a los golpes con un gigante” La premisa de la frase, y la forma en la que la empleó mi viejo amigo es más que obvia, el modelo capitalista es un gigante que domina el globo terráqueo, ¿Cómo es que yo - un estudiante universitario - iba a intentar ir en contra de tremendo gigante? Era obvio, o por lo menos eso quiso decir mi viejo amigo, que cualquier intento de querer derribar dicho modelo, iba a terminar en una derrota contundente hacía mi persona, haciendo la tarea y el esfuerzo de atacarlo fuera en vano.
Inmediatamente pensé, “¿Qué habría sido de David si hubiera tenido esa mentalidad al querer enfrentar a Goliat?” Digo, era más que obvio que las probabilidades no favorecían al pequeño, y en cambio favorecían en desmedida al filisteo. Entonces, imaginen por un momento que alguien le hubiese dicho a David “¿Para qué te vas a poner a los golpes con ese gigante? Es obvio que perderás David, yo ni siquiera haría el intento” Y ahora, peor que eso, se imaginan que David hubiese hecho caso a ese consejo, bueno, creo que la historia bíblica que conocemos hubiera tenido un final muy distinto. Pero no, David decidió acudir al encuentro y de forma milagrosa, derroto al gigante.
Ahora, también hay que salvar las diferencias, es obvio que David tenía mas probabilidades de derrotar a un gigante – por mínimas que fueran – a las que tengo yo al intentar derrotar a un modelo socio-político económico que rige a casi todo el mundo, sin embargo, pienso yo, ¿No sería digno presentarme a la batalla? Tal vez yo no asesine al capitalismo, pero algún daño por pequeño que sea, estoy seguro, le voy a poder causar.
Alejémonos un poco de las historias bíblicas y acerquémonos a los movimientos sociales ¿Cree usted, respetable lector, que la batalla que libraron los jóvenes estudiantes del movimiento de 1968, fue una batalla en vano ya que la mayoría de ellos terminaron asesinados por el régimen priista autoritario de Díaz Ordaz? Yo no lo pienso así y Cárdenas Guzmán me respalda en su artículo de la página ¿cómo ves? (2018) donde afirma
el movimiento permitió a los profesores y estudiantes recuperar después derechos esenciales establecidos en la Constitución vigente desde 1917, pero hasta entonces negados en los hechos, como la libre expresión de las ideas y las manifestaciones pacíficas en las calles y plazas públicas.
Y esto solo por solo nombrar uno de los tantos beneficios que provocó el movimiento, y no abundar en que fue detonador de nuevos movimientos sociales, además de ser un paso – de los muchos que faltaban, claro – en la democratización del país. Entonces, con esto podemos asegurar que, a pesar de que, lamentablemente, una cantidad de estudiantes que hasta día de hoy no conocemos exactamente la cantidad, hayan sido asesinados a sangre fría por un gobierno represor que en teoría debió buscar otras formas diplomáticas para arreglar la querella y no hacer uso de la represión, el movimiento sirvió de algo, dejó un legado, no fue un combate totalmente perdido.
Sin embargo, ahora imaginemos que los estudiantes hubieran dicho “¡¿Qué?! ¡¿Ponernos a los golpes con un gigante como el presidente?! Ni loco, es obvio que perderemos, prefiero salvaguardar mi vida” No, bueno, si los estudiantes de 1968 hubiesen tenido esa mentalidad, el autoritarismo presidencial no habría encontrado una de las tantas piedras en el camino que, a la larga junto con otras, lograron derribarlo, tal vez, de no ser por aquellos valientes estudiantes que pagaron con su vida ese milimétrico avance democrático, el gobierno autoritario hubiera seguido pisoteando los derechos de sus gobernados por aun más tiempo.
En ese sentido, lo que quiero decir es ¿Qué habría sido de nosotros si los grandes movimientos sociales y sus grandes lideres en ves de realizar los movimientos que cambiaron para bien la humanidad hubieran dicho “no nos vamos a poner a los golpes con un gigante”? Estaríamos perdidos. Y estos son solo dos ejemplos de los cientos que se pueden dar y que no explicare aquí por no hacer de este articulo una enciclopedia.
A modo de conclusión quiero abordar una conocida frase de Abraham Lincoln “La probabilidad de perder en la lucha no debe disuadirnos de apoyar una causa que creemos que es justa” Bien podría simplemente colocar esta cita como conclusión, sin embargo, tomaré el atrevimiento de agregar un poco de mi propia cosecha a estos párrafos finales. Los ideales, es lo más valioso que tiene un ser humano, es la esencia misma sobre la que se regirán nuestras acciones, y así por más situaciones que en nuestra contra se presenten, si creemos en verdad que esos ideales son los correctos, entonces no hay razón para renunciar a ellos.
Por mi parte, seguiré afirmando que el capitalismo, este modelo que va de la mano con la humillación, la des-humanización y la veneración del capital, es un modelo erróneo para regir la vida del ser humano, y no me cansare en señalar cada uno de los malestares que le ha causado al mundo, y sí, comprendo que soy una persona de entre aproximadamente 7700 millones de personas, y comprendo que no voy a poder derrumbar yo solo un modelo que ha echado raíces ondas en nuestra sociedad.
Sin embargo, cada oportunidad que tenga de hacer un desaire a este modelo, la aprovechare a más no poder, es verdad y no lo niego, muchas veces me voy a ver sucumbido al capitalismo, porque “No se hace política con lo que se quiere, sino con lo que se tiene” Y es obvio que no me puedo deslindar del sistema que rige al mundo, sin embargo, pienso que el ser humano debería ser capaz de seguir una utopía por más utópica que parezca, pues si bien será un objetivo al cual es casi imposible llegar, estoy seguro que el mínimo avance que en esa senda se realice, ya será una ganancia, o para ser más exactos, en palabras del poeta, hace no mucho citado por el presidente López Obrador, Lope de Vega: “En empresa de tanta gloria solo intentarlo es victoria”
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Bibliografía
Andrés Manuel López Obrador. (1 de Julio de 2020). Youtube. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=FwWX9GUp0D8&t=188s
Cárdenas , G. G. (Octubre de 2018). ¿Cómo ves? Revista de divulgación de la Ciencia de la UNAM. Obtenido de http://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/239/mexico-68-un-legado-que-perdura
El Debate Histórico. (9 de Julio de 2020). Facebook. Obtenido de https://www.facebook.com/eldebatehistorico/photos/a.296796034369169/544122389636531/
Reina Valera . (1960).
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