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En el 2014, a tan solo 2 años de iniciado su sexenio Enrique Peña Nieto, este ya intentaba, fallidamente, sosegar las llamas de dos escándalos que no solo iniciarían el derrumbe de su gobierno, sino también del partido que lo acurrucó y lo lanzó a las elecciones de 2012 como su nuevo rostro.
Estos dos escándalos de los que hago mención fueron el de la “Casa Blanca” de Angelica Rivera, ubicada en Lomas de Chapultepec y valuada en 86 millones de pesos, que permitiría ver de lejos la marca de corrupción que estaría presente durante todo el tiempo que Peña Nieto estuviera sentado en la silla presidencial; y el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, del cual hoy se sabe, con pruebas fílmicas, que participó la marina en la siembra y modificación de evidencia de lo que el presidente Peña se enorgulleció en llamar “La Verdad Histórica”.
Por otro lado, si regresamos el tiempo al periodo de Felipe Calderón, es asombroso saber que, a tan solo 3 años del inicio de su sexenio, este ya acumulaba en sus manos la sangre de 32 mil fenecidos producto de su infame “Guerra contra el narco”, cifra que sería pequeña en comparación a las que saldrían a relucir en los siguientes años.
Y si aceleramos aun más la maquina del tiempo y hacemos una parada en el periodo que dio banderazo oficial al arranque del neoliberalismo (hablo del periodo salinista), nos encontraremos que para el año 1990 fue creado el FOBAPROA, que convertiría en deuda pública la cuantiosa deuda de unos cuantos y que obligaría a los mexicanos a pagar dicha deuda por lo menos por 3 generaciones.
Acomodadas las fichas del contexto en la mesa, es cuando llegan a mi mente las siguientes preguntas. ¿Enrique Peña Nieto habría sobrevivido a una revocación de mandato a mitad de su periodo? ¿Calderón habría pasado la misma prueba? Y que me dicen de Salinas, ¿El pueblo habría votado por que permaneciese en el poder? Hay que tener en cuenta algo, que en la época de Salinas quienes hubieran contado los votos habrían sido los mismos que le otorgaron la presidencia por fraude, con Calderón lo mismo y con Peña, la autoridad competente habría sido la misma que había ignorado las numerosas irregularidades de su “victoria” en 2012.
Lo que quiero decir con esto es que las autoridades electorales eran (y aun son) corruptas, por lo que no sabríamos a ciencia cierta si habrían respetado la decisión del pueblo o habrían impuesto la de la élite en el gobierno, pero independientemente del resultado que ellos se dignaran a publicar, estoy seguro que aquellos tres nefastos personajes anteriormente nombrados habrían sido sacados a patadas del poder si se le hubiera facilitado al pueblo la herramienta democrática de la Revocación del Mandato.
No obstante, aunque los mexicanos de aquellos años no tuvieron dicha herramienta, el día de hoy, gracias al gobierno democrático emergido de la izquierda que llegó al poder en 2018, dicha herramienta dejó de ser un sueño, para convertirse en una realidad, y ayer, 10 de abril del año 2022, el pueblo de México tuvo la oportunidad de acceder a ella por primera ocasión.
Se trató de un día para la historia, una velada estelar, dentro del momento estelar en la historia de México que significa la 4T, un acontecimiento que sienta las bases y hace de hecho la frase de Benito Juárez que rezaba “el pueblo mexicano es arbitro de su suerte” dejando en claro que el pueblo pone y el pueblo quita y sin su apoyo no se tiene autoridad para gobernar.
Este es un paso más para no solo quedarnos con la democracia representativa y en cambio, ingresar a la democracia participativa que, como dijo el presidente López Obrador en su video publicado de ayer, “es la esencia de la democracia”. En resumen, se trata de brindarle al pueblo las herramientas necesarias para hacer valer su voz que en gobiernos anteriores se les fueron rotundamente negadas, es un avance inconmensurable en la vida social y política del país.
El resultado fue un aplastante y avasallador: 90% a favor de que AMLO termine su mandato hasta 2024 contra un pequeñísimo 10% que optó por que se retirara gracias a pérdida de confianza, y aunque para nada estoy de acuerdo con la visión de ese pequeño 10%, los respeto, los respeto porque hicieron valer sus derechos y obligaciones como ciudadanos de este hermoso país acudiendo a votar.
Se estima que un aproximado de 17 millones de mexicanos fueron a votar, de los cuales un aproximado de 15 millones votaron por la permanencia del presidente López Obrador. Ahora, hay que analizar estos datos de forma seria y minuciosa y no hacer conclusiones incoherentes y torpes, que más que verdaderas conclusiones parecerían un intento de autoengaño que, quienes realizan, creen que de tanto repetirlo se volverá realidad.
En el 2018 el padrón electoral del INE constaba de 89,250,881 ciudadanos registrados para ejercer su derecho al voto, eso significa que se imprimieron 89,250,881 boletas, ahora, la participación en dichas elecciones fue del 63.4290% del padrón electoral, lo que se traduce a 56,611,027 votos emitidos, de los cuales 30,113,483 fueron a favor de Andrés Manuel López Obrador; entonces con estos datos podemos llegar a la conclusión de que en 2018, con el 100% de las casillas instaladas, el 100% de las boletas impresas, el presidente obtuvo los resultados antes mencionados.
Entonces, no se debe ser un genio para saber que, por obvias razones, en 2022, en la revocación de mandato, no se iban a tener el mismo número de votos emitidos; esto lo aclaro porque hay muchos personajes impresentables que en redes sociales estan argumentando que el presidente perdió a la mitad de sus votantes, pues como en 2018 fueron 30 millones los que votaron por él, y ahora en la revocación, únicamente 15 millones, pues intentando dejar de lado el contexto de cada votación, intentan vender al pueblo la idea de que AMLO perdió el 50% de sus votantes.
Esto se trata de una vil mentira para que la derecha y sus simpatizantes se autoengañen y para intentar convencer a los tibios, pues, como decía, en este ejercicio de Revocación de Mandato, era obvio que no se obtendría el mismo resultado que en 2018, y a continuación desgloso los argumentos del porqué:
1ro que nada, la principal razón del porqué no hubo tantos votos es porque el INE no instaló el 100% de las casillas, sí, se imprimieron la totalidad de las boletas (92,823,216, que consideran al padrón electoral total de 2022) pero únicamente se instaló una tercera parte de las casillas, impidiendo de esta manera la votación de diversas personas para ejercer su voto, imponiendo la necesidad de moverse distancias absurdas para poder votar; es verdad, hubo unas cuantas que se organizaron de forma autónoma para conseguir medios de transporte y poder ejercer su derecho, sin embargo no fueron todos, y quienes lo hicieron fueron desprestigiados y hasta amenazados por el INE (Específicamente por Ciro Murayama), quien los tildó de acarreados.
2do, la oposición llamó a no participar, una postura absurda, pues la democracia la construimos todos, es como dijo el presidente López Obrador en su video, no es valido decir “como voy a perder, ¿Para qué participo?” de eso no se trata la democracia. Aquí lo que se puede deducir es que, la oposición, al saber que son una cantidad miserable y que su participación únicamente iba a dejar en claro lo endeble de su movimiento, prefirieron no ejercer su derecho y obligación llamando a la abstinencia; ahora, mucho cuidado porque la oposición, nada tonta jajaja, esta diciendo que el numero de personas que se abstuvieron a votar (aproximadamente 78 millones de personas), es el número de personas que estan en contra del presidente y de su gobierno.
Sinceramente este ultimo argumento solo puede ser tomado con gracia, pues yo me pregunto, si son 78 millones los que estan en contra del gobierno de AMLO, y únicamente 15 quienes, si lo apoyamos, ¿Por qué no fueron a votar con su “aplastante mayoría”? Habrían ganado y habrían quitado a AMLO del poder, que es justo lo que querían ¿o no? La verdad es una incongruencia gigante que ni ellos mismos se compran y que solo es la señal de sus patadas de ahogados.
3ro, La irresponsabilidad de diversos simpatizantes de AMLO que prefirieron no participar, y este punto es desplegado para realizar una crítica a ese sector poco comprometido del movimiento. La crítica la realizo con todo el cariño, con todo el respeto, pero también con toda la firmeza. Entiendo que el INE tendió diversas trampas para evitar la afluencia, entiendo que había casillas que estaban a una distancia lejana y a las cuales no pudieron acceder, entiendo todo eso, y para ustedes no es dirigida esta crítica, en cambio es dirigida para quienes, teniendo todas las facilidades para ir a ejercer su voto, no lo hicieron.
Me refiero a aquellos tibios que forman parte del movimiento, lo siento, pero no podemos ser tibios, el presidente ya lo dijo, de nada valen las medias tintas, somos de izquierda, de una izquierda comprometida y tenemos que luchar para defender al gobierno que nosotros impulsamos, no podemos dejar al presidente solo en un momento tan crítico de la transformación.
Hoy fue la revocación de mandato, mañana será la reforma eléctrica y después, la reforma electoral, se trata de los más profundos cambios al sistema político de nuestro país, y el presidente merece nuestro apoyo, nos ha dado tanto que lo mínimo que podemos hacer es respaldarlo.
Digo esto, porque hubo varios conocidos míos, familiares, amigos, que, gracias a su posición tibia dentro del movimiento, decidieron simplemente no votar, por pereza o porque fueron confundidos por los argumentos de la derecha. Discúlpenme, no quiero ser inelegante, pero eso podría ser tildado como traición, traición al movimiento que tanto nos ha costado impulsar, personas murieron para llegar hasta aquí y conseguir estas herramientas democráticas que, ahora, estan simplemente rechazando.
Como dijo Miguel Ángel Alba Díaz, Obispo de la Diocesis de la Paz, no hay que ser malos ciudadanos, “es nuestra Patria, y otros han muerto por ella”, y ese comentario lo hizo él en general, para quienes iban a votar a favor o en contra de AMLO, y yo lo acepto y lo respaldo, pero en estos párrafos en específico, tomo sus palabras para hacer reflexionar a los simpatizantes de la 4T, y decirles, es nuestra patria, nos esta costando reconstruirla, otros murieron por ella y nosotros nos debemos comprometer a apoyarla.
Dicho esto, y habiendo explayado los tres puntos por los que considero la consulta resultó en una baja afluencia (Ordenados en base a cuanto afectaron a la consulta de mayor [1er punto] a menor [3er punto]) es necesario concluir que, a pesar del INE, a pesar de la oposición y a pesar de la tibieza, el pueblo hoy triunfó, se sentó un precedente y se eligió la permanencia de Andrés Manuel en la presidencia, esto solo podría ser calificado como otra victoria de la 4T.
Sin embargo, antes de concluir, me gustaría explicarles el porqué del título de esta columna de opinión. Pues bien, como los observadores habrán notado, el título es una cita tomada del discurso que presentó el actual presidente en el año 2005 frente al Congreso de la Unión ante el proceso de desafuero que enfrentaba, escogí las palabras con las que cerró su discurso porque pienso que son de una vehemencia y de un peso extraordinario.
En dichas palabras, el presidente hace uso de la historia, la cita, la nombra, la invoca, casi como adivinando el futuro, y a pesar de ser él quien se supone iba a ser sentenciado a perder el fuero, se convierte en juez y sentencia a la hoy oposición, en ese entonces élite del poder, y les dice “falta que a ustedes y a mí, nos juzgue la historia”, pues como diría Salvador Allende “La historia es nuestra y la hacen los pueblos”, pues ese juicio de la historia está pasando frente a nosotros, se está desarrollando ahora, estamos siendo participes de él, seamos inteligentes, críticos, y formemos parte del lado correcto.
Fuentes
https://youtu.be/bLjWPtZJOUQ
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